Todas queremos ser felices, y cada una de nosotras tiene su propia definición de la felicidad.

Una vez oí una frase que me pareció muy sabia: “Si no eres Feliz con lo que tienes, tampoco lo serás con lo que te falta”. Es una frase similar a la de “no es más rico el que más tiene, sino el que menos necesita”.  La Felicidad está aquí y ahora, con lo que hay y con lo que tenemos. La Felicidad empieza en aceptar y aceptarnos, cómo estamos, cómo nos sentimos, cuáles son nuestras circunstancias; no tiene nada que ver con la resignación. La Felicidad continúa con el agradecimiento.  

La Felicidad no está fuera, en lo que nos pasa, sino dentro, en cómo interpretamos y en qué significado le damos a lo que nos pasa, a lo que vivimos. Todo está en nuestra mente y depende de las gafas a través de las que miramos la realidad. Pondré un ejemplo sencillo: he planeado un estupendo día de playa, pero amanece lloviendo. Según el diálogo interno que yo tenga conmigo misma, seré más o menos feliz ante esta situación. Si pienso: “Qué rabia, qué mala suerte, todo me sale mal y hoy va a ser un mal día” o si pienso “Vaya, toca cambio de planes: ¡hoy por fin me acabo el libro!”, claramente cada una de estas interpretaciones me generará unos sentimientos diferentes y me llevará a vivir ese mismo día lluvioso, esa misma realidad, de manera diferente, más o menos feliz.

No podemos cambiar los factores externos, pero sí podemos actuar sobre los internos: nuestros pensamientos y la interpretación de lo que nos pasa, de lo que vivimos. Me encanta una cita del filósofo y escritor Reinhold Niebuhr: “Señor, concédeme serenidad para aceptar todo aquello que no puedo cambiar, valor para cambiar lo que soy capaz de cambiar y sabiduría para entender la diferencia”. 

Así pues, ¿y si la Felicidad fuese una actitud, una decisión, una elección? “YO decido ser feliz”. No es fácil, pero aun así parece un camino que abre nuevas posibilidades y me da el poder sobre mi propia vida. En ese momento, con esa decisión, la cámara y los focos se giran hacia mí, yo soy la protagonista de mi película. Elegir este camino implica muchas cosas, la principal de ellas es que Yo me hago responsable de mi vida, y no puedo echarle la culpa a nada ni a nadie de cómo elijo interpretarla….

Te invito a que no te creas nada de lo dicho… ¡Experiméntalo! Prueba a cambiar de gafas, a cambiar tus pensamientos y tu diálogo interno, a ser agradecida, para comprobar tú misma si eres más feliz con lo que te da la vida. 

¿Qué gafas eliges ponerte? ¿Con qué gafas has leído este texto?  

¿Qué es para ti la felicidad? 

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