Entre otros efectos, se disminuye la actividad hormonal femenina y se reduce el colágeno
Con el paso del tiempo, el cuerpo comienza a expresar los efectos que conlleva el transcurso de los años, especialmente nuestra piel. Este proceso se produce, en gran parte, por el exposoma pero también y, sobre todo, por una serie de factores biológicos que aceleran el proceso de envejecimiento.
Factores biológicos
Entre los factores biológicos se encuentran los cambios hormonales, los cuales tienden un gran impacto sobre la salud de la piel.
Con la llegada de la menopausia, que suele producirse entre los 45 y los 55 años, muchas mujeres ven reflejados en su piel los efectos de la disminución de la actividad hormonal, al reducirse de forma significativa la producción de las hormonas sexuales femeninas, conocidas como estrógenos y aumentarse los andrógenos, hormonas sexuales masculinas.
Los estrógenos son liberados en mayor medida por los folículos presentes en el ovario y desempeñan varias funciones beneficiosas/protectoras importantes en la fisiología de la piel. El problema se produce cuando deja de haber suficientes folículos, llegada de la menopausia, disminuyendo drásticamente la producción de estrógenos, que ahora pasa a un segundo plano. Esta síntesis deja de producirse en el ovario, siendo su síntesis en órganos periféricos, como en las glándulas suprarrenales, la única fuente de estrógenos en esta etapa. Aun así, los niveles de estrógenos disminuyen un 50% a los 50 años y se reducen drásticamente después de la menopausia.
Esta disminución de estrógenos tiene efectos muy negativos en las funciones de las células de todo el cuerpo y, en consecuencia, en la piel.
¿Cómo afecta la disminución de los niveles de estrógenos a la piel?
1. Disminuye la cantidad de cólageno y elastina: los estrógenos inhiben las metaloproteinasas de la matriz (MMPs) que se encargan de degradar el colágeno y la elastina. Al haber una disminución de los estrógenos, estos dos componentes necesarios para lucir una piel saludabe, son degradados por las MMPs. En los primeros 5 años después de la menopausia se pierde aproximadamente el 30% de colágeno de la piel y por lo tanto favorece la aparición de arrugas, líneas de expresión y flacidez, principales signos de envejecimiento cutáneo.
2. Disminuye la barrera cutánea: Disminuye el grosor de las capas de la piel, tanto de la epidermis como de la dermis, debido a una degradación acelerada de proteínas como el colágeno y la elastina. Como consecuencia se pierden las propiedades que brindan, como la elasticidad y la firmeza de una piel joven asociada con los niveles normales de estrógeno, generando así una piel más frágil.
3. Deshidratación de la piel: Como resultado de la acción estrogénica la síntesis de ácido hialurónico se incrementa, lo que permite aumento del contenido hídrico de la piel ya que es el principal humectante cutáneo. Al disminuir los estrógenos, las mujeres presentarán una piel seca y sensible.
4. Estrés oxidativo: los estrógenos son antioxidantes naturales que ayudan a neutralizar a los radicales libres responsables de un envejecimiento acelerado. Además, activan la acción de muchas moléculas antioxidantes presentes en nuestro organismo. Por lo tanto, con la llegada de la menopausia, los problemas desencadenados por los radicales libres aumentarán significativamente, produciendo que las moléculas dañadas no puedan ejercer correctamente la función para la que están especialmente diseñadas. Como consecuencia, se acelera el envejecimiento de la piel, aumenta la inflamación e incluso se puede alterar la información genética de las células, desencadenándose diversas enfermedades.
5. Piel flácida y arrugas: Los estrógenos estimulan los depósitos de grasa sobre el cuerpo femenino. A medida que los niveles de estrógeno disminuyen durante la menopausia, los depósitos de grasa tienden a redistribuirse generando una piel sin elasticidad y firmeza, aumentando el número de arrugas.
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