Mente y cuerpo están conectados, de manera que cuidando tu mente puedes influir en tu cuerpo y, por lo tanto, en tu piel.

Es normal que cuando algo afecta a tus emociones, tu cuerpo reaccione. Si estás viviendo una situación que te entristece, tienes un trabajo que no disfrutas o mantienes una relación tóxica, el cuerpo expresa (de una u otra manera) algo que está afectando a la mente. No solo en momentos tan decisivos de tu vida, sino en tu día a día: si estás estresada por una entrega, por un trámite burocrático, una reunión o simplemente algo te tiene intranquila. La situación actual de confinamiento puede ser causa de algunos pensamientos negativos y preocupaciones, por ejemplo. Y todo ello, afecta a tu cuerpo y a tu piel.

¿Has visto alguna vez cómo tu piel se veía afectada por el estrés o las preocupaciones con consecuencias como acné, sequedad, pérdida de luminosidad?

Prácticas que pueden ayudarte, además del uso de la neurocosmética:

1. Meditación

¿Es posible controlar el flujo de los pensamientos en tu mente? La respuesta es que sí. Lo puedes hacer a través de la meditación. Los beneficios de la meditación diaria son numerosos. No sólo te ayudará a encontrar un estado de relajación física y mental, sino que te permitirá relacionarte de manera diferente con tus emociones y pensamientos.

2. Musicoterapia

La Musicoterapia es una terapia que utiliza la música para mejorar el estado de salud y bienestar de las personas. Estimular la mente es esencial ya que es el centro operativo donde se procesan, se comprenden y se juntan todas las sensaciones y emociones que los seres humanos percibimos y expresamos. La música es una experiencia sensorial que puede activar todas las áreas cerebrales simultáneamente.

3. Manejo de la respiración

El control de la respiración es crucial para conseguir la relajación. La técnica: tomar aire profundamente por la nariz, mientras observamos cómo la mano colocada en el vientre se alza. Realizar una pequeña pausa y soltar el aire por la boca lentamente. Repetir esta secuencia al menos durante 10 minutos. Esta técnica consiste en inhalar alternando cada una de nuestras fosas nasales.

El entrenamiento en respiración controlada es un aprendizaje como otro cualquiera. Por tanto, es necesario practicar y seguir una serie de pasos. Empezamos por la situación más fácil y gradualmente vamos aprendiendo a utilizar la técnica en situaciones más complejas, hasta que pueda aplicarla, de forma correcta, en las situaciones reales que le provocan ansiedad.

Para otros consejos relacionados con tu bienestar, lee nuestro artículo en el que te damos 10 consejos para relajarte y desconectar en casa.

En él te explicamos técnicas tan simples como olvidarte del móvil unas horas, comer lentamente, practicar yoga, establecer una rutina del sueño saludable, cuidar mucho tu piel con una rutina diaria, aprender un nuevo hobby, darte un baño relajante… La clave está en encontrar el equilibrio entre cuerpo y mente.

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